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Las palabras te condenan, o te salvan.

  • Foto del escritor: CMD Music
    CMD Music
  • 11 jun 2024
  • 2 Min. de lectura

Dedicación especial a don Henry Layana, presidente de la casa de la cultura núcleo Los Ríos.


Mi nombre es Carlos Miranda, o como me conocerán por acá, CMD, hoy no solo manejo mi carrera artística junto a mi manager (y pareja), sino que también organizo batallas en la plaza de freestyle en el malecón de Babahoyo. Pero esto no hubiera sido posible sin antes haber recibido un consejo...


Hace aproximadamente un año yo me decidí grabar mi primer videoclip oficial (fuera de mi habitación), el cual es titulado "Correr" (Link del tema), yo ya llevaba años haciendo arte, pero empezó a volar cerca de mis orejas esa vocecita que me susurraba que podía vivir del arte, emocionado pensé en donde podría hacer que mi arte llegue a muchos más lugares, hice un oficio, diseñé un plan de video, los planos, etc. entonces me acerqué a la casa de la cultura para solicitar ayuda, pues el video iba a ser en "La hacienda La Virginia, Casa de Olmedo", en la ciudad de Babahoyo, Ecuador.


Luego de tener todo listo, me presenté ante don Henry, le expuse mi plan, le mostré que, a pesar de hacer rap, yo estaba buscando hacer algo diferente. Él, sin dudarlo, me dijo que sí, que no me preocupe, pues con el oficio él me podía ayudar. ""Genial, pensé, pues ya me habían dado el sí. Y con la emoción que me caracteriza, me iba a ir a mi casa a seguir planeando detalles, pero justo me detuvo don Henry, pues me dijo "Ven, acá, siéntate, tengo que hablar contigo".


No les voy a mentir, me sorprendió, pues ya no teníamos más temas para hablar, o eso pensé. De repente, él me empezó a contar anécdotas que tuvo, su recorrido, hasta su último logro del momento, el cual sería la posesión del director de la casa de la cultura núcleo Los Ríos. Yo estaba emocionado, (es una leyenda viva), pero aun así desconcertado, pues me preguntaba cuál era su punto realmente, cuando al final concluyó con "mírame, yo siempre busqué la forma de vivir del arte, y si es posible". Inmediatamente, me sentí muy agradecido, pues sentí como la esperanza se apoderó de mis sueños, y en ese momento noté que las vocecitas que escuchaba que me decían que podía vivir del arte, no fueron coincidencia, solamente una premunición y que las palabras de Don Henry fueron las palabras correctas, en el momento correcto.


El don de la palabra es un don muy difícil de tener, porque una palabra te condena, o te salva.


¡Gracias, Don Henry!

Atentamente, CMD.

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